LA IDENTIDAD EN EL DISEÑO CURRICULAR
CLAUDIA PAREDES
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LA IDENTIDAD EN EL DISEÑO CURRICULAR
Antes de comenzar este documento veremos los conceptos de educación e identidad.
Identidad significa como el hecho de ser un apersona la misma que se supone o se busca, sin posible confusión con otra.
Partiendo de estos dos conceptos importantes y sabiendo que tener una educación de calidad se debe desarrollar una planificación en la cual se tome aspectos importantes propios de cada región.
En este caso tomaremos en cuenta la identidad en el diseño curricular.
Algo que es más reciente es laconsideración de que una propuesta de desarrollo humano sí debe tomar en cuenta la diversidadétnica y cultural; así como la que serelaciona con la situación etaria y de género delas personas. Esto es fundamental no sólo paralos indígenas, titulares de derechos como individuosy como pueblos, sino también para elEstado, como garante de esos derechos.
Esta nueva perspectiva se ha enriquecido porel empuje que ha dado el llamado enfoque dederechos al tratamiento de las propuestas dedesarrollo; ya que “el derecho internacionalotorga a los pueblos indígenas prerrogativas y protección específicas. Sobre todo durantelas dos últimas décadas, los pueblos indígenashan hecho importantes conquistas paraponer en práctica sus derechos, principalmentedentro de los campos de la propiedad de latierra y de la participación y decisión política.
Sin embargo, los logros alcanzados por losindígenas adultos no siempre se expresan demanera específica en los derechos de los niñosy niñas, quienes son los que realmente permitiránque los valores, creencias y formas de sery actuar de sus pueblos se mantengan y se reproduz canen el futuro.
Se puede afirmar que en casi todos los países del así llamado en vías de desarrollo.
La situación contemporánea está marcada entre otros problemas por laexistencia de dos grandes conflictos trabados inextricablemente entre sí:la pugna entre la preservación de lo propio y la adopción de lo ajeno y la contiendaentre valores particularistas y coerciones universalistas. Se trata dela lucha entre la conservación de la tradicionalidad y los intentos de alcanzarla modernidad a la mayor brevedad posible. No hay duda de que estas sociedadesadoptan lenta pero seguramente numerosos rasgos básicos del mundooccidental, lo que tiene una relevancia decisiva para la configuración de lasidentidades colectivas del presente.
Las élites (en sentido económico y educativo) configuran los vehículos másrápidos y eficaces para la diseminación de los estándares de la modernidad yde los valores universalistas que se originaron en el seno de la civilización occidental.
Así sea bajo la forma de modas efímeras, las llamadas clases altas sonlas primeras en abrazar y de manera entusiasta las pautas de comportamientoy las ideas prevalecientes en las sociedades metropolitanas del Norte,que poco a poco llegan a ser vistas como normativas más o menos propias delas naciones periféricas. La preservación de la tradicionalidad queda restringidaa los estratos sociales de ingresos inferiores y menor acceso a la educación formalcontemporánea.
Central engloban a dilatados sectores indígenas.
Aquí se manifiesta toda la conocida gama de fenómenos de alienación: laconsciencia colectiva sufre la escisión entre la antigua armonía social, culturaly económica de la época premoderna, que se desarrolló lenta y orgánicamente,porun lado, y la pluralidad, renovada incesantemente, de acciones colectivasy valores de orientación de la era moderna, por otro. La cosmovisión compartida.
Formal y jurídicamente, el derecho a la identidad consiste en el reconocimiento jurídico y social de una persona como sujeto de derechosy responsabilidades, así como su pertenencia a un Estado, un territorio, una sociedad y una familia,condiciones necesarias para preservar la dignidad individual y colectiva de las personas.En términos psico-sociales, el concepto de la identidad se encuentra estrechamente vinculadocon el desarrollo del concepto que cada individuo tiene de sí mismo, que se desarrolla cuando una persona reconoce que él o ella es distinto: un individuo único. Esta percepción comienza en una edad temprana, e implica también el desarrollo de la conciencia sobre quién es uno mismo y a dónde pertenece. La identidad de una persona está definida en función de las percepciones y valoraciones que tiene acerca de sí misma, de acuerdo a sus características físicas, su personalidad, sus habilidades, sus roles y su estatus social.
La identidad es la respuesta a la pregunta sobre la esencia de una persona o cosa. Así, la propia identidad sería la respuesta al cuestionamiento de “quién soy yo”. Esta identidad propia, personal e intransferible, se forma en los primeros años de vida de una persona, en la infancia. Ahora bien, esta identidad personal no está aislada de su contexto: el niño o la niña nacen en el seno de una familia, insertos en una cultura, en una sociedad y en un tiempo histórico específico.
Es por ello que la identidad de una persona siempre ha de verse en relación o diálogo con los demás: qué soy en relación con los demás, quién y cómo llegamos a ser como consecuencia de nuestra relación.
Generalmente se asocia el derecho a la identidad con el derecho al nombre, aunque tenga otros elementos, como la nacionalidad, la familia y la pertenencia étnica. El niño o la niña, al nacer, se identificará inicialmente con su familia, la cual a su vez lo identificará con un nombre, una inscripción simbólica que, más que una forma de llamarle, es su nombre “propio”,pues incluye la historia del apellido, y una ubicación en su árbol genealógico.
El nombre cumple, entonces, con distintas funciones sociales: identifica a la persona, al ciudadano, le sitúa como miembro de una familia y lo cualifica en sus relaciones con terceros. En el caso de los pueblos indígenas, el nombre, además, puede vincular a una persona con una comunidad.
Uno de los elementos de la identidad es la pertenencia cultural de una persona a un grupo, llamada identidad étnica o identidad cultural.
La identidad étnica ha sido definida como la suma total de los sentimientos de los miembros de un grupo acerca de los símbolos, valores e historias comunes que les identifican como un grupo distinto; es la conciencia de unindividuo como miembro de un grupo étnico y constituye una necesidad humana esencial, porque proporciona un sentido de pertenenciay de continuidad histórica .
Desde el punto de vista de la culturalidad, todos los miembros de un grupo étnico y cultural tienen derecho a pertenecer a una determinada culturay a ser reconocidos como diferentes; a conservar su propia cultura y patrimonio cultural –tangible o intangible-; y a no ser forzados a pertenecera una cultura diferente, o ser asimilados involuntariamente por ella.
En este sentido, el término cultura es tradicionalmente definido como el conjunto de valores, instituciones y prácticas que un pueblo desarrolla en todos los ámbitos de la realidad, para asegurar su existencia en plenitud y su supervivencia .
Por su parte, el término etnicidad, del griego “ethnos”, que significa pueblo, es la identificación de los pueblos según sus rasgos culturales, es decir que lo étnico es lo propio de cada pueblo, identificado por su cultura.
Esto nos lleva a la discusión sobre la terminología con la que se realiza el debate de la integración étnica actual, entendiendo ésta como la convivencia democrática entre indígenas y ladinos o mestizos. La corriente dominante utiliza el término multiculturalidad a partir de la reivindicación del derecho a la diferencia en sí mismo, tendencia criticada por reforzar ideologías separadoras; mientras que el término interculturalidad afirma la existencia de un proceso de transculturación o hibridación de las culturas que conviven, corriente criticada por la connotación de “subalternidad” (existencia de una cultura subalterna y una dominante).
Los defensores del término multiculturalidad afirman que no se puede hablar de relaciones interculturales en condiciones de desigualdad, por lo que debe primero fortalecerse a las culturas para luego pasar a la interculturalidad, es decir, debe ser una etapa posterior. Mientras tanto, los defensores de la interculturalidad afirman que promover la multiculturalidad puede dar lugar a fragmentar la sociedad al promover lacoexistencia -y no la convivencia social- entre actores culturalmente diferenciados, o unidad en la diversidad.
La conveniencia de utilizar un concepto u otro es una cuestión política, en el sentido de que depende de la forma en la cual se organiza políticamente un Estado. Es conveniente utilizar el término multiculturalidad para Estados que se organizan reconociendo la existencia de varias culturas que gozan de cierta autonomía entre sí; donde se reconoce la existencia del derecho indígena y a las autoridades indígenas, de forma paralela al derecho y autoridades oficiales . El término interculturalidad, en cambio, es adecuado para sociedades donde se ha dado una integración cultural que permite afirmar la existencia de una “nueva” identidad formada por el híbrido delas culturas existentes, las cuales se identificanplenamente con la misma.
El reconocimiento de la multiculturalidad, presuponeasumir una realidad que no siempre seha visibilizado, como la existencia de la diversidadcultural en el mundo; la existencia de distintasculturas diferentes a la “nuestra”, con susprácticas, sus instituciones y sus valores específicos. La forma en que estas diversas culturasse relacionan -o interculturalidad-, idealmentedebe ser construida sobre el derecho a la ciudadanía,el derecho a la diferencia y el principio deunidad en la diversidad: articular un proyectode unidad nacional sin tener que sacrificar lasidentidades particulares de los pueblos que la formal y jurídicamente, el derecho a la identidadconsiste en el reconocimiento jurídico ysocial de una persona como sujeto de derechosy responsabilidades, así como su pertenencia aun Estado, un territorio, una sociedad y una familia,condiciones necesarias para preservar ladignidad individual y colectiva de las personas.
En términos psico-sociales, el concepto de laidentidad se encuentra estrechamente vinculadocon el desarrollo del concepto que cadaindividuo tiene de sí mismo, que se desarrollacuando una persona reconoce que él o ella esdistinto: un individuo único. Esta percepcióncomienza en una edad temprana, e implica tambiénel desarrollo de la conciencia sobre quiénes uno mismo y a dónde pertenece. La identidad de una persona está definida en función delas percepciones y valoraciones que tiene acercade sí misma, de acuerdo a sus característicasfísicas, su personalidad, sus habilidades, sus roles y su estatus social.
La identidad es la respuesta a la pregunta sobrela esencia de una persona o cosa. Así, la propiaidentidad sería la respuesta al cuestionamientode “quién soy yo”. Esta identidad propia, personale intransferible, se forma en los primerosaños de vida de una persona, en la infancia. Ahorabien, esta identidad personal no está aisladade su contexto: el niño o la niña nacen en el senode una familia, insertos en una cultura, en unasociedad y en un tiempo histórico específico.Es por ello que la identidad de una personasiempre ha de verse en relación o diálogo conlos demás: qué soy en relación con los demás,quién y cómo llegamos a ser como consecuencia de nuestra relación.
Generalmente se asocia el derecho a la identidadcon el derecho al nombre, aunque tengaotros elementos, como la nacionalidad, la familiay la pertenencia étnica. El niño o la niña, al nacer, se identificará inicialmente con su familia, la cual a su vez lo identificará con un nombre,una inscripción simbólica que, más queuna forma de llamarle, es su nombre “propio”,pues incluye la historia del apellido, y una ubicaciónen su árbol genealógico.
Uno de los elementos de la identidad es la pertenenciacultural de una persona a un grupo,llamada identidad étnica o identidad cultural.
La identidad étnica ha sido definida como lasuma total de los sentimientos de los miembrosde un grupo acerca de los símbolos, valorese historias comunes que les identifi cancomo un grupo distinto; es la conciencia de un
individuo como miembro de un grupo étnicoy constituye una necesidad humana esencial,porque proporciona un sentido de pertenenciay de continuidad histórica .
Desde el punto de vista de la culturalidad, todoslos miembros de un grupo étnico y cultural tienenderecho a pertenecer a una determinada cultura
y a ser reconocidos como diferentes; a conservarsu propia cultura y patrimonio cultural –tangibleo intangible-; y a no ser forzados a pertenecer
a una cultura diferente, o ser asimilados involuntariamente por ella.
Dando estos parámetros podemos afirmar que en todas las unidades educativas de nuestro país debería existir:
Respeto de las personas con las cuales se comparte la vida encomún, tanto los compañeros como los adultos de la escuela. Lainstitución escolar es un espacio donde la religión, origen social,nacionalidad, etnicidad u orientación sexual no admiten tratosdespectivos. La demanda de respeto conlleva una demanda dereconocimiento. Respeto a otros y espero que el otro me respete,respete mi individualidad. Soy igual y distinto al otro. Esto implicaevitar la agresión y el uso de la violencia como mecanismo deresolución de los problemas y generar espacios acordes para prevenirla.· La escuela, en tanto espacio público que es de todos y debe serrespetada en su infraestructura, mobiliario y equipos. El daño alas instalaciones afecta la posibilidad de compartir un espaciocomún. La institución escolar es un espacio público, lo cualimplica que es de todos y cada uno de los actores del sistema. Suobjetivo es permitir el encuentro entre extraños sin pedirles quecambien los rasgos que los convierten en tales. Su preservación ycuidado redunda en la oportunidad de que cada uno pueda hacerefectivo su derecho a la educación.
Pensar la escuela en términos participativos es dar un paso hacia su democratización; es habilitar un espacio de escucha y de imaginación que introduzca lo político y permita construir los atributos de la ciudadanía en los procesos de formación. Así, la escuela ofrece oportunidades para la enseñanza y el aprendizaje de la ciudadanía, poniendo a disposición de los estudiantes prácticas y conocimientos, con lo cual reestablece el mandato fundante de incluir y civilizar (en el sentido de conferir civilidad), acompañándolos en esa elaboración. Si la educación pretende bregar por un ciudadano que aborde responsablemente su papel en el mundo, debe fomentar actitudes de responsabilidad colectiva y compromiso social. Es decir, se trata de que la educación garantice que las personas, además de poseer los conocimientos necesarios para estar integradas a la sociedad, se preparen, en tanto ciudadanos, para asumir un papel activo y comprometido con el cambio social. Estas intenciones pretenden instalar una educación de calidad, entendida como aquella que impulsa una formación integral, que tienda al desarrollo de las dimensiones cognitiva, ética, afectiva, social y política de todo ser humano.
A lo largo de la historia universal han existido muchos intentos de legitimizarestos regímenes híbridos y de justificar la mencionada adopción parcial y parcializantede la civilización occidental. En Bolivia hay una tendencia socioculturala diferenciar entre la religión, la cultura, la filosofía y la política de los «gringos», por un lado, y sus técnicas industriales, por otro. Lo primero debíaser rechazado tajantemente, pues sería el núcleo de una sociedad aborrecible.
Nuestro país ha sufrido una serie de cambios estructurales dentro de la sociedad, estos cambios han beneficiado a una gran mayoría, algunas tradiciones que practicaban nuestros abuelos dejo de ser practicada por algunos años por la influencia de otras culturas, pero ahora podemos observar que algunas tradiciones nuevamente están siendo practicadas y ya no es motivo de vergüenza si no que se la realizan con mucho orgullo.
Debemos revalorizar lo que tenemos , estar orgullosos de los que somos un país rico en cultura y en muchos aspectos más ,si bien es cierto que estamos en un mundo competitivo a la tecnología la cual inculca otro tipo de valores, todavía nos falta estar orgullosos de la identidad que tenemos , tener identidad no solo significa estar felices o decir con orgullo que somos bolivianos.
Significa que valoremos poco a poco cada cosa que tenemos, un ejemplo claro fue el matrimonio del vicepresidente creo que nadie sabía el significado que tenía.
Pero después de matrimonio muchos programas de televisión se pusieron a investigar que significaba cada uno de los ritos y porque se llevaban a cabo y uno al escuchar aprendía porque es parte de nuestra cultura que estaba guardada.
Así en todo el territorio de Bolivia en cada lugar que nos encontremos observaremos que tienen tradiciones propias de su región, de acuerdo a ello la educación debe tomar en cuenta todos aquellos aspectos y plasmarlos en un documento que en este caso vendría a ser el diseño curricular, porque no es lo mismo estar en Achacachi que estar en el norte de Pando.
Debemos contextualizar este documento en base a lo que vivimos y observamos.
El papel de un maestro realmente es grande aunque muchos no sepan reconocerlo. No solo su papel se reduce a dictar clases en las aulas escolares es un proceso anterior y posterior al aula
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